Me levanto con una sonrisa como casi siempre, pero hoy… espero no olvidarla al salir de casa.
Hoy te invito a un paseo e iremos por donde tú quieras, no hay más dirección que la de tus pies y espero que cada paso que des, sea un momento maravilloso.
Quiero esa sensación, aquella que con tan sólo escucharte sepa que en ese momento no puedo pedir nada más, quiero ver tus ojos brillar y en tu sonrisa quedarme alelado.
A la vuelta, quiero que me agarres y no me dejes escapar. Quiero que me mires fijamente, sólo dime aquello que sea necesario, lo demás ya lo sé…
Ahora ve a dormir y sigue soñando… inventa el desenlace de nuestra historia, que luego estaré aquí para que me sigas contando, porque estoy…
deseando escucharte…
La verdadera historia de Cain y Abel 
M@Rí@
septiembre 3, 2010 at 4:05 pm
Una sensación maravillosa…
Muy bonito y romántico :).
Un beso. Siempre es un placer leerte ^^.
rossio
septiembre 3, 2010 at 6:27 pm
Como dice María, siempre es un placer leerte
Algo realmente profundo y personal que decides compartir con tus lectores, Gracias por regalarnos estos momentos de lectura =)
Lenore
septiembre 3, 2010 at 8:35 pm
Creo que la que invitaba soy yo 😛
(ah! me debes un helao de los buenos=tarrina de heladería; no de tienda de barrio)
Yo me voy a dar otro paseíto, si quieres te vienes e inventamos el final… sino lo dejamos en manos del destino a ver qué pasa.
Besos para los dos.
fiory
septiembre 8, 2010 at 10:29 am
Entre el silencio, si eres capaz de escuchar esos pasos que caminan a tu lado, ya es un gran mérito, compartir paseo en la noche, inventando pasos que quedan marcados por las horas, las sonrisas quedan marcadas en la piel y en la mente de un día maravilloso si se sonríe y se desea más.
Un abrazo
rossio
septiembre 16, 2010 at 8:42 pm
PRECIOSO